El ingeniero jefe de Universo Drone, Jesús García, ha explicado a Efe que este proyecto, “pionero dentro del mundo de la energía nuclear”, va a permitir que en el proceso de desmantelamiento de la central nuclear más antigua de España se “sustituyan procesos más costosos” por uno más seguro y que implica el uso de aparatos de vuelo no tripulados, los llamados UAV.
El proyecto consiste en usar estos drones con un sensor incorporado capaz de tomar lecturas estáticas y dinámicas de toda la central, una tarea que antes hacían unos operarios e implicaba el uso de andamiaje que después había que llevar a un Almacén Temporal Centralizado de Residuos, por haber sido utilizado en una instalación nuclear.
Sensores de ultrasonido
Dado que en el interior de la central no hay ningún sistema de coordenadas, esta empresa ha ideado un método que incorpora sensores de ultrasonido, que pueden medir con exactitud en qué punto está el equipo, para después clasificar las mediciones de radiación obtenidas en toda la central.
García se ha mostrado orgulloso de que la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) haya confiado en su firma, Universo Drone, para desarrollar este proyecto, lo que también implica una gran responsabilidad.
Licenciado como ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba (UCO), el final de sus estudios coincidió con la implementación de los drones en España, por lo que se decidió a montar una empresa de UAV a partir de dos ramas: una de ingeniería, denominada Doce Ingeniería, y la otra de formación y asesoría aeronáutica.
El arranque de su empresa coincidió también con el “boom” de los drones, que hizo que la gente comenzara a volarlos en núcleos urbanos y motivó que el Gobierno central aprobara la ley de 2014, que considera “bastante restrictiva”, pues impide volar en ciudad o realizar operaciones nocturnas.ç
Nuevo marco operativo para drones
Por ello, este joven ha celebrado que el Gobierno haya aprobado el pasado diciembre el decreto que amplía el marco operativo para que los drones puedan realizar vuelos en ciudad y nocturnos y en zonas controladas y cercanas al aeropuerto, siempre y cuando exista un estudio previo de seguridad.
“En el tema audiovisual, en ingeniería, o en cualquier campo, volar en ciudad abre un gran abanico de posibilidades que no estaba permitido”, remarca Jesús, que recuerda que, para pilotar un drone hay que ser mayor de edad, tener un certificado médico y uno teórico y práctico de la aeronave, a lo que se suma, para realizar trabajos, estar dado de alta en el registro de operadores de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
Jesús García cumple estos requisitos y ha encontrado en la agricultura un campo perfecto para trabajar con estos aparatos que, en el caso de su empresa, incorporan sensores que ayudan en la agricultura de precisión.
Ha especificado que los drones hoy en día pueden incorporar una cámara para obtener mediciones del terreno, que con apoyo topográfico da una precisión milimétrica; así como cámaras térmicas para dar con el extrahírdrico del cultivo o con cámaras ultraespectrales de las que extraer factores relativos a la gestión de plagas o de la gestión de suelo, tanto en extensivos como intensivos.
Además, como el nuevo decreto permite volar por la noche, Jesús ha señalado que ahora podrá retomar un proyecto de control de incendios forestales que presentó con el apoyo de la Junta de Andalucía y que permitir en horario nocturno localizar los focos del fuego y, gracias a una antena que funciona como repetidor, localizar los retenes con total precisión. EFEfuturo
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