El papel del padre en la correcta educación de los hijos es fundamental para el equilibrio mental del niño. La inteligencia emocional es la que le ayudará a mejorar sus actos y a lograr el objetivo de madurar correctamente. Si la figura paterna se asocia al mal humor, al mal carácter y a lo negativo las consecuencias a la larga pueden ser funestas.
Estudios científicos sobre este tema
Psicólogos de todo el mundo llevan años intentando analizar la relación emocional entre un padre y su hijo. Los resultados de estos estudios son concluyentes. El estrés paterno incide directamente en el nivel de ansiedad y depresión del hijo lo que, a su vez, termina afectando al correcto desarrollo del mismo.
La curiosidad reside igualmente en que la depresión o la ansiedad del progenitor afectan mucho más al niño que la de su madre. Es decir, un padre deprimido o con problemas de estabilidad mental convertirá, de forma indirecta, a su hijo en una persona con problemas de sociabilidad en su edad adulta.
Estos casos se dan más en la relación padre-hijo que entre padre e hija. Las niñas se identifican más con sus madres por lo que los problemas de su padre quizás no les afecten tanto como podría parecer.
Estos resultados nos permiten concluir que el padre y el hijo están unidos por un vínculo a nivel físico y mental que no siempre es positivo para la parte más débil.
¿Cómo puede evitar esta situación?
La rutina diaria, los problemas económicos, las dudas sobre el futuro de su hijo son elementos que todos tenemos en mente pero que no han de ser expuestos ante el niño en ningún momento.
Si tiene mucho estrés o padece ansiedad lo idóneo es que un profesional le haga un diagnóstico y le ayude a superar estos problemas. Igualmente, no por ser uno de los pilares de la familia ha de sentirse con la obligación de estar a la altura de las circunstancias en todo momento.
Como se trata de que su hijo no le vea flaquear y que no se percate de su mal humor sería idóneo tener tiempo para usted. Su afición favorita, una cena con su pareja, un viaje o algunas actividades más le permitirán ir liberando ese estrés y no afectar al desarrollo de su hijo.
Aquello de “los hombres no lloran” es una frase demasiado negativa que se convirtió, precisamente, en un claro ejemplo de lo que venimos comentando. Si necesita hablar de sus problemas, llorar, expresar sus preocupaciones y, en definitiva, sacar todo lo que lleva dentro hágalo con su pareja. Entre los dos podrán mejorar la situación y siempre preservando la salud mental de su hijo.
La figura paterna como base del correcto desarrollo de su hijo
Recuerde que el ser humano actúa por imitación. Usted es el héroe de su hijo y la persona que quiere imitar. Si solo observa gritos, malos modales, depresión y ansiedad su hijo terminará, aunque no lo crea, considerando esa personalidad como la normal y comenzará a imitarla de manera implícita.
Es más que probable que conozca a algún amigo o familiar que ha tenido a un padre con este tipo de características. ¿Cómo es esa persona en la actualidad? ¿Tiene problemas a la hora de relacionarse con los demás? ¿Ha logrado un trabajo en el que pueda colaborar con el resto de compañeros? Respondiendo a estas tres preguntas podrá hacerse una idea de cómo podría ser el futuro de su hijo.
Consejos prácticos y conclusión
A modo de conclusión permítanos incidir en lo que podría hacer para eliminar esa energía negativa antes de que su hijo la reciba. Opte por hacer deporte, por pasear, por volver a hacer lo que hacía antes de tener un hijo, si tiene que ver alguna película o leer un libro intente que sea una comedia, siéntase no tanto como el encargado del bienestar de su familia sino como el modelo a seguir por parte de su hijo.
Usted será el espejo en el que él se mire por lo que lo ideal sería que viera felicidad, buenas relaciones con los demás, estabilidad emocional y alegría. El resto ha de quedarse en la puerta de casa para que él crezca feliz y pueda madurar correctamente.