“Esta lista contiene una serie de individuos que estuvieron en el centro de las mayores historias científicas de este año, desde descubrimientos sobre la superconductividad hasta un esfuerzo muy criticado por editar genes humanos”, destacó en un comunicado Rich Monastersky, director de crónicas de Nature.
He Jiankui sorprendió al mundo cuando anunció el pasado noviembre que efectuó una edición genética a dos bebés chinas, con la herramienta de “corta-pega” CRISPR, para que nacieran con una protección contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
La revista le presenta como el “renegado del CRISPR”, quien “sabía” que con sus prácticas estaba “cruzando una nueva barrera bioética”.
“La reacción a esta noticia fue más fuerte de lo que se había anticipado. Fue ampliamente criticado por ignorar importantes consideraciones éticas y exponer a las niñas a riesgos desconocidos por un beneficio incierto”, escribió el experto David Cyranoski en Nature.
Las autoridades chinas también le censuraron -aunque tuvo subvenciones públicas- y “ahora ha desaparecido de la escena mundial tan rápidamente como apareció”, señaló la publicación.
Menos polémica y más aplausos generaron los trabajos de la paleontogenetista Viviane Slon, quien logró secuenciar el ADN de un hueso de 90.000 años para descubrir un híbrido de homínidos extintos: la hija de una madre neandertal y un padre denisovano.
Slon y sus colegas del Instituto Plank de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) constataron, como sospechaba la comunidad científica, que ambos homínidos se habían cruzado, pero, hasta ahora, nadie había dado con el “producto final”.
Entre los más jóvenes de la lista de Nature figura el físico chino Yuan Cao, un estudiante de posgrado del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.) quien, con solo 21 años, experimentó con el grafeno hasta darle la capacidad de conducir electricidad sin apenas resistencia.
Su hallazgo, celebra Nature, ha contribuido a lanzar una “nueva era” en este campo y podría, en el futuro, ayudar al desarrollo de superconductores que generen energía y medios de transporte más eficientes.
Otra física, Jess Wade, “salió” del laboratorio del Imperial College de Londres (R.Unido) para ponerse frente a su pantalla y convertirse en la “Campeona de la Diversidad”, al escribir cientos de entradas en la Wikipedia sobre científicos con poca visibilidad, en especial mujeres y colegas de raza negra.
En una línea similar, Robert-Jan Smits lanzó en 2018, a petición de Comisión de Investigación de la Unión Europea (UE), su “Plan S” con el objetivo de lograr que un mayor número de trabajos científicos sean publicados por medios especializados de manera gratuita y rápida.
El fácil acceso a datos e información fue también la misión que se marcó la “Detective del ADN” Barbara Rae-Venter, genealogista y exabogada estadounidense, quien ayudó a identificar a un asesino en serie de los setenta y ochenta a través del análisis de bancos de datos públicos de genealogía genética, una práctica no exenta de polémica, recordó Nature.
El astrónomo Anthony Brown, del Observatorio Leiden (Holanda), contribuyó en 2018 a transformar nuestro conocimiento sobre la Vía Láctea tras aportar “una enorme cantidad” de datos recopilados por la sonda espacial Gaia, un “catálogo de 551 gigabytes” que detalla las posiciones y movimientos de “más de 1.300 millones de estrellas”.
Su colega Makoto Yoshikawa, de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), lideró, por su parte, la “audaz” misión “Hayabusa 2” para recolectar muestra de rocas en el espacio y traerlas a la Tierra.
Este “Cazador de asteroides” confía en la nave “Hayabusa” pueda posarse el próximo año sobre Ryugu, un cuerpo celeste de apenas un kilómetro de ancho que orbita alrededor del Sol, para extraer muestras y regresar con ellas en 2020.
Respecto al urgente asunto del cambio climático, dos mujeres han liderado este año los esfuerzos por concienciar a la comunidad internacional sobre los peligros que afronta el planeta.
Valérie Masson-Delmotte, del Laboratorio de Ciencias del Clima y Medioambiente de Gif-sur-Yvette (Francia), contribuyó al último informe del panel intergubernamental de expertos en cambio climático (IPCC) de la ONU.
Advirtió de que, en apenas doce años, la temperatura media global podría situarse 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, lo que “desencadenaría una ola de cambios que transformarían ecosistemas y acabarían con la mayoría de los arrecifes de corales del mundo”, indicó Nature.
Cierra la lista de la revista la nueva ministra malaya de Energía, Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Cambio Climático, Bee Yin Yeo, quien se ha convertido en “una voz autorizada” en la lucha contra la polución de los plásticos. EFEfuturo
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