Así lo ha advertido hoy la secretaria de Estado de I+D+i, Ángeles Heras, en la presentación del informe bianual “Científicas en cifras 2017“, que este año ha coincidido con la celebración del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia.
“Es preocupante ver cómo las áreas de ciencia no atraen a las jóvenes; eso significa que hay mucho trabajo por hacer, porque los trabajos del futuro, los mejor remunerados, estarán en estas áreas, donde vamos a necesitar que haya muchas mujeres”, ha advertido.
Según el informe presentado este lunes, por sectores, el porcentaje de investigadoras en la Administración Pública llega al 48 %, en la Enseñanza Superior al 43 % y al 31 % en el sector empresarial.
Al comenzar la carrera profesional investigadora, la proporción entre hombres y mujeres es bastante paritaria (54 % mujeres-46 % hombres), una situación que además se mantiene en las categorías bajas y medias pero que empieza a diverger según va subiendo la escala y el rango.
Así, aunque en número de doctorados y tesis todavía no hay sesgo, a partir de ahí, arranca una clara segregación vertical o ‘techo de cristal’ que culmina en las categorías más altas: en las universidades españolas solo dos de cada diez catedráticos son mujeres, y en los Organismos Públicos de Investigación (OPI) sólo el 24 % de las mujeres tiene ese rango.
Al llegar a los órganos de dirección la discriminación es evidente: a día de hoy, 8 mujeres ocupan la rectoría de una de las 50 Universidades Públicas (en 2015 eran dos), y tres dirigen alguno de los ocho Organismos Públicos de Investigación (el 12,5 %).
Además, en las Universidades hay que bajar al “segundo puesto“, al de suplente, para acercarse al equilibrio, donde las mujeres son el 41 % de los vicerrectorados y el 46 % de los vicedecanos.
Para la secretaria de Estado, sin embargo, los datos más preocupantes son los de la “segregación horizontal” de las áreas científico-tecnológicas, donde solo hay un 24 % de mujeres.
Según el informe, la menor representación de investigadoras en el caso de las universidades públicas se encuentra en Ingeniería y Tecnología (solo el 24% son investigadoras), seguida con diferencia por Ciencias Naturales y Agrícolas (que se mantienen en el 34% y el 36%, respectivamente).
Dificultades para promocionar y conciliar
Además, por primera vez, el informe incorpora otro tipo de datos que también ponen de manifiesto la situación de desventaja de las mujeres, como que sólo el 35 por ciento de los investigadores que compiten por fondos públicos para proyectos de I+D+i son investigadoras principales, frente al 49% de hombres.
En cuanto a las medidas de igualdad, la mayoría de lo centros de investigación y universidades cuentan con medidas de conciliación laboral y familiar (83% de los OPI y el 72% de las universidades) y criterios de selección y promoción que garanticen la igualdad (100%-62%).
Para acabar con estos sesgos, a finales de 2018, el Gobierno puso en marcha un observatorio para promover la igualdad en la ciencia y, el pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobó una batería de medidas que establecen por ley mejoras para las mujeres científicas.
Sin embargo, todavía “queda mucho por hacer”, especialmente “si queremos que las ciencias sean atractivas para las niñas”, ha advertido la secretaria de Estado de I+D+i.
“Es necesario acabar con los estereotipos, animar a los profesores de primaria y secundaria a que contagien la vocación científica a las niñas y a los medios de comunicación para que difundan más modelos de investigadoras de todas las edades, mujeres inteligentes, capaces, normales y también madres”.
Aprovechar todo el talento
Poco antes, el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, hacía la misma advertencia: no se puede desaprovechar la mitad del talento en la ciencia pero para ello es indispensable dar visibilidad a las mujeres científicas que son “referentes para las niñas”.
Para el ministro es esencial “poner en valor el papel imprescindible de las mujeres en ciencia”, dar más visibilidad a la trayectoria profesional de las científicas y, así, facilitar “referentes” que animen a las niñas a estudiar carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, donde son una minoría.
Asimismo, ha apelado a afrontar un cambio cultural para “eliminar sesgos a todos los niveles”, para que de verdad las mujeres y los hombres tengan las mismas oportunidades en su carrera docente e investigadora. EFE
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