En una entrevista con Efe, esta experta en obesidad y en las enfermedades asociadas a esta patología, opina que el debate está en la sociedad y en la política, pero asegura estar preocupada por un discurso que podría hacer que los cambios se ralenticen o, incluso, provoque pasos hacia atrás: cuando se pone en juego la igualdad no se puede contentar a todos, esta debe estar por encima de lo demás.
PREGUNTA: ¿Hay igualdad?
RESPUESTA: Gracias a la lucha de muchas mujeres y hombres hemos adelantado mucho, pero quedan pasos. Por ejemplo, en el ámbito familiar los niños y niñas tienen que ver y entender la igualdad.
P: ¿Qué problemas hay para que los niños y las niñas no vean esta igualdad?
R: Hay cosas que se pueden cambiar y no son tan difíciles, como una igualdad en las bajas de paternidad y maternidad, que no sean transferibles. Si los menores ven que tanto las mujeres como los hombres cuidan bebés, van al parque o a la escuela, se podría cambiar la percepción de que es la mujer la que tiene que cuidar.
P: ¿La sociedad española está preparada para algo así?
R: Creo que sí. Sería una medida muy buena para la sociedad porque sería educar a los mayores y pequeños en que el cuidado de los niños es compartido; los niños necesitan vínculo con los dos.
P: ¿La igualdad pasa por tener referentes?
R: Hay pocos referentes femeninos y esos que hay se han intentado ocultar durante mucho tiempo. Hay un problema en la educación de las niñas porque la tendencia es decirles que no valen para las matemáticas o que los ordenadores son de chicos. En la informática, por ejemplo, en sus comienzos, había muchas mujeres haciendo cálculos matemáticos y cuando la informática experimentó el ‘boom’ entonces entraron los hombres. Cuando algo se vuelve importante para la sociedad nos relegan y nos dicen no, no eres buena para esto.
Iniciativas como las del 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, sirven para llevar referentes de científicas a las aulas, pero deben ir unidas a otras medidas.
P: Hay estudios que dicen que las niñas de 6 años ya vinculan brillantez y masculinidad. Si tuviera una delante, ¿qué le diría?
R: Hay mentes brillantes en chicas y chicos, el masculino y el femenino no va unido a la capacidad de ninguna de las materias. Lo que hay que hacer es que las niñas se lo crean. Por alguna razón se educa a los chicos para tener más confianza en sí mismos y a las chicas que tener ambiciones no es bueno. Esto hay que cambiarlo.
P: El World Economic Forum dice que aún deben pasar 100 años para que consigamos la igualdad real. ¿Cree que el camino es tan largo?
R: El camino es largo y por eso creo que hay que hacer políticas activas que lo acorten. Hay un interés social por cambiar las cosas y ese interés es tanto de mujeres y hombres. Hay hombres que realmente creen que las mujeres deben ser iguales y que eso mejorará la sociedad en general, pero también hay mucha gente que está anclada en el pasado. A ellos hay que convencerles de que eso no puede seguir así, que el mundo ha cambiado.
P: ¿La igualdad está suficientemente en el debate político?
R: Creo que sí, lo que no sé es si está bien focalizado. Opino que se focaliza como una lucha entre hombres y mujeres y eso no es así. El feminismo no es opuesto al machismo, porque de lo que hablamos es de igualdad. Hay partidos políticos que lo están poniendo así encima de la mesa y eso no es bueno para continuar.
P: ¿Está preocupada por que pueda haber un retroceso?
R: Sí, estoy preocupada, porque hay un porcentaje de la población que, no olvidemos, está agusto con esos roles y no los quiere cambiar. Estoy preocupada porque puede que eso -discursos de algunos políticos- provoque que los cambios se ralenticen o que, incluso, se den pasos atrás por intentar acomodar las políticas a todo el mundo. Y no es una cuestión de contentar a todos cuando se pone en juego la igualdad entre ciudadanos; no hay espacio para que todo el mundo esté contento, la igualdad va por encima de todo lo demás. EFEfuturo
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