Collar, gargantilla, ¿no son lo mismo? Pues no. ¿Para qué sirve cada y cuáles son las diferencias? Los años de experiencia en el sector de la joyería nos han hecho darnos cuenta de que hay una gran confusión entre ambos términos, cuando en realidad, hay diferencias muy marcadas. Te hablamos de ellas:
Historia y origen del collar
Los collares son un accesorio de joyería que se remontan a tiempos antiguos. Los griegos y romanos ya los usaban, aunque este uso estaba limitado a mujeres. No se veía bien que un hombre los llevara.
Los egipcios los utilizaban como amuletos, los griegos crearon los que tenían forma de cadena, y los romanos los fabricaban con cuentas, aros y cadenas. En la Edad Media los usaron hasta el siglo XII y se puso de moda la gargantilla de tela que se ajustaba al cuello. Las más adineradas le cosían unas perlas, mientras que las plebeyas lo usaban sin más, normalmente en tonos oscuros.
Sobre el siglo XV fue cuando se comenzó a lucir los collares sobre el escote en vez de sobre la ropa como se hacía antes, popularizándose la filigrana de oro.
Del mismo modo que en el paso, el uso y forma de collares fue avanzando y cambiando de distintas maneras, hoy día ha sucedido y sucede lo mismo. De ahí que existan confusiones en los conceptos de collar y gargantilla.
Diferencias entre collar y gargantilla
Para que entendamos qué es cada cosa, y cuándo es el mejor momento para usarlas, expliquemos que es cada una.
Qué es un collar
Un collar suele ser una cadena a la que se le añade un colgante, el cual se convierte en el protagonista de la joya. Un collar en sí, sin más, no tiene mucho que ofrecer, pero ambos en conjunto pueden crear un look elegante y sofisticado.
Puede variar la largura, aunque siempre suele ir debajo del cuello, pudiendo llegar hasta el ombligo en los casos más extravagantes.
Qué es una gargantilla
Una gargantilla es una joya en sí misma que va ajustada al cuello el máximo posible. No admite colgantes porque suele llevar su propia pedrería o diseño, por lo que no necesita nada más que ella misma para lucirse.
Las hay de todos los materiales, aunque el oro blanco y dorado son las más vendidas y buscadas. No obstante, los millenials han inventado un concepto barato de esta joya, realizado en tela y con un pequeño colgante de bisutería al que denominan ‘chocker’.Cómo saber si escoger un collar o una gargantilla
Dependiendo de la ocasión, y también de tu físico, te irá mejor una que otra. En la elección también influye la ropa que lleves.
Según tu físico
Para entender qué joya de las dos usar, tienes que ser consciente de cómo es tu cuello, cuánto pecho tienes y cuál es tu estatura. Si tienes el cuello corto, olvida los chockers o gargantillas. Harán un efecto visual de corto y no te favorecerá. Es mejor que te decantes por collares largos acompañados de un buen escote.
Si tienes poco pecho, acentúalo con bisutería fina, especialmente con los collares en forma de Y, mientras que si tienes una talla grande de sujetador, puedes desviar las miradas de esa zona llevándolas a una gargantilla.
Según tu look
Si vas a una fiesta elegante en la que llevarás un escote, elige uno o dos collares cortos. Estilizarás tu cuello y te verás muy elegante.
Si por otro lado, vas con un look desenfadado en época de frío y quieres ponerte tu jersey de cuello cisne, un collar largo encima realza tu pecho y no pasarás frío.
Tu estatura
Si eres bajita, los collares largos no te favorecen, pues se te visualmente, parecerás más pequeña. Todo lo contrario si eres alta. Recuerda: bajita= gargantilla, alta= collares largos.
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