¿Existe la dieta perfecta? Probablemente no, pero sí que existen unas pautas adecuadas para conseguir una alimentación saludable y que cada uno puede adaptar a sus gustos o necesidades concretas. En realidad son unas normas sensatas y conocidas por todos, cuyo cumplimiento más o menos estricto nos lleva de manera directa hasta una cocina saludable. No hay que seguir una dieta vegana, macrobiótica o vegetariana si no es lo que quieres. Pero hay una serie de principios que todos debemos conocer y tener en cuenta a la hora de diseñar una alimentación más sana.
¿Cómo debe ser una dieta saludable?
La premisa es evidente: cuanto más natural, mejor. Este principio nunca falla. Con lo cual, demos limitar o eliminar de nuestra dieta los siguientes elementos:
- Alimentos refinados: como el azúcar blanco, la sal de mesa y todos aquellos productos elaborados que los contengan.
- Alimentos procesados: platos preparados o precocinados, bolsas de patatas y aperitivos similares.
- Alimentos envasados: siempre incluyen conservantes.
Una vez aclarado lo que no debe incluir una dieta si quiere ser saludable, repasemos ahora lo que sí nos interesa incluir.
- Verduras y frutas: cuantas más, mejor. Sobre todo los vegetales de hoja verde. Hay que buscar siempre productos de temporada, producidos cerca de donde nos encontramos y, si puede ser, ecológicos.
- Carne, pescado y huevos: en pequeñas cantidades. Y es muy importante intentar que sea ecológicos, para evitar que hayan sido alimentados con piensos convencionales ellos mismos o los animales que los producen.
- Legumbres: cocinadas con sal marina en botes de vidrio.
- Aceites vegetales: ecológicos y poco refinados.
- Frutos secos: naturales, sin freír y sin excesiva sal.
- Agua: de buena calidad y baja mineralización.
Con estas materias primas de calidad, es fácil hacer una cocina saludable que nos ayude a vivir más tiempo y en mejores condiciones.
¿Cómo es una cocina saludable?
Pues es un arte, basado en preparar alimentos pensando en nuestro cuerpo y en los beneficios para la salud. Se rige por evitar el exceso de grasa, colesterol y sal: el aumento de los ingredientes vegetales; la conservación y potenciación del sabor natural de las productos; y la conservación de los productos de manera natural.
Para conseguirlo, te proponemos algunos consejos que pueden ayudarte a conseguir una cocina saludable:
- Sustituye la sal por hierbas aromáticas y especias. Y, si al final lo consideras necesario, añade un poco de sal gruesa del proceso.
- Reducir al máximo las grasas: limita el consumo de embutidos y frituras. Utiliza siempre aceite de oliva y dosifícalo, para no consumirlo en exceso.
- Consumir productos lácteos descremados, para reducir el aporte de grasas a la dieta.
- Sustituir las salsas, ricas en grasas, por preparados caseros a base de leche desnatada y hierbas aromáticas.
- Utilizar miel en lugar de azúcar, tanto para consumir directamente como para cocinar.
- Optar por cereales integrales, en lugar de refinados.
- Utilizar vegetales de colores diferentes, porque aportan antioxidantes diferentes y con propiedades distintas.
- Realizar zumos, batidos, ensaladas y postres con frutas variadas y ricas en vitamina C.
- Si usamos huevo en la cocina, priorizar siempre el consumo de la clara, mucho más sana que la yema.
- Cocinar al vapor o al horno ya que la cocción es mas sencilla y sana. No necesita grasas adicionales.
¿Qué relación tiene la alimentación con algunas enfermedades?
La cocina saludable tiene muchos beneficios en el cuerpo humano. Trata los alimentos de manera adecuada para conservar sus propiedades, descarta aportaciones nocivas para la salud y prioriza lo natural sobre lo artificial. Hay varias enfermedades muy conocidas, que pueden tener su origen en una mala alimentación.
- Diabetes: puede estar causada por problemas de sobrepeso. Una dieta sana y algo de ejercicio pueden prevenirla.
- Enfermedades del corazón: la ingesta de grasas saturadas de manera habitual y continua, puede provocar el estrechamiento de los vasos sanguíneos.
- Osteoporosis: también puede provocarla el exceso de grasas y azúcares.
- Anemia: falta de alimentos ricos en hierro. Para prevenirla hay que incorporar a la dieta verduras verdes, frutas y tomates. Evitar café o té negro porque dificulta la absorción del hierro.
- Cáncer: se previene reduciendo el exceso de grasas y aumentando el consumo de fibra.
Son sólo algunas de las patologías que pueden estar originadas por una mala alimentación o que se pueden prevenir con una dieta sana. Una cocina saludable potenciará las propiedades de los alimentos y mejorar nuestro bienestar.