Imagínese un ordenador capaz de ordenar los coches en un aparcamiento como si fueran piezas de Tetris. Pues, más o menos, así podríamos definir un aparcamiento robotizado. Un sistema domótico que permite a los usuarios dejar su vehículo en una cabina y dejar que sea un robot el que lo traslade hasta su plaza correspondiente. Puede que esto nos suene a película futurista pero es una realidad que ya podemos ver en algunas ciudades españolas. Y no hablamos solo de Madrid o Barcelona, sino también de Sevilla, Valencia, Bilbao, Vigo, Gandía, Palma de Mallorca y otras.
Hay versiones semiautomáticas, en las que las que es un operario el que maneja las cabinas. Pero, en cualquier caso se trata de aparcacoches automáticos que tira de plataformas elevadoras o ascensores para colocar los vehículos en las plazas correspondientes. El conductor recibe un tique que debe presentar a la vuelta para que el sistema le devuelva en vehículo en perfectas condiciones.
Los aparcamientos robotizados se usan tanto en espacios públicos como en edificios privados. Su principal ventaja, como veremos después, es que optimizan el espacio y hace posible instalar un aparcamiento en espacio donde antes era impensable.
¿Cómo surge el concepto de parquin robotizado?
Pues como surgen todas las buenas ideas para solucionar un problema o satisfacer una necesidad. En este caso, sirven para resolver el problema de espacio para aparcar en las ciudades. Optimizan el espacio y, además permiten dotar de parquin a edificios antiguos o pequeños donde era imposible ubicar un estacionamiento convencional. Por otro lado, reduce la contaminación ya que, según los expertos, cada una de sus plazas equivale a media tonelada menos de CO2 que se emite a la atmósfera. Recordemos que como el vehículo es transportado por plataformas hasta su plaza, no hay necesidad de tener el motor en marcha.
Pero, sin duda, el desarrollo de la domótica es lo que, en realidad, hace posible este tipo de soluciones basadas en la automatización y la gestión robotizada. Además, aumentan la seguridad de los vehículos ante posibles robos ya que normalmente las personas no acceden a la zona de estacionamiento.
Tipos de aparcamientos robotizados
De hecho, como decíamos antes, hay estacionamientos mecánicos, automáticos y semiautomáticos. Además, los hay de tres tipos diferentes:
Los Parker, a base de plataformas mecanizadas. Su instalación es fácil y simple, sobre todo en edificios antiguos o pequeños. ¿Sabes por qué? Pues porque optimiza el espacio y duplica la capacidad de aparcamiento.
Los semiautomáticos, obligan al conductor a llevar su coche hasta la plaza, que está protegida con puertas cerradas. O bien, es un operario el que traslada la cabina donde se deposita el vehículo hasta su plaza. Pueden llegar a multiplicar por tres la capacidad del parquin.
Los robotizados, usan plataformas elevadoras y transportadoras para llevar el coche a su plaza. No interviene ni el conductor ni ningún operario.
¿Cómo son los aparcamientos robotizados?
Como decíamos antes, son mucho más seguros. No necesitan operarios y el conductor deja su vehículo en una cabina que será desplazada hasta la plaza pertinente. El conductor no debe desplazarse por varias plantas oscuras para estacionar o recoger su vehículo. Además, estos quedan protegidos ante hurtos y acciones vandálicas.
Pueden ahorrar hasta un 50 por ciento del espacio de aparcamiento, por lo que caben mucho más coches. Eso sí, para ser rentable hay que optimizar el coste adjudicando entre 50 y 60 plazas por robot y cabina.
Como aparcamientos robotizados son modulares, permiten disponer de un estacionamiento en espacios que de otra manera no sería posible. Ayudan a revalorizar edificios antiguos que antes no disponían de parquin por falta de espacio.
Además, está calculado que las operaciones de aparcamiento y recogida del vehículo se prolongan por un periodo de tiempo de entre 90 y 200 segundo, con lo que los tiempos requeridos se reducen notablemente. Estos robots disponen de mecanismos para desplazar los coches de forma vertical, horizontal y con giros completos.
Por otro lado, reducen el mínimo los tiempos de aparcamiento y salida, que oscilan entre 90 y 200 segundos. Los robots pueden realizar desplazamientos horizontales, verticales y girar el vehículo para dejarlo en posición de salida.