Una columna vertebral está formada exactamente por 33 vértebras, estas están separadas por unos discos que amortiguan los movimientos que realizamos y que dejan espacio para que la movilidad sea todo lo fluida posible. Este disco separador está hecho de un núcleo pulposo, el cual permite todos los movimientos y apoyos en la columna. Cuando este disco se agrieta o se crea una fisura, es cuando estamos hablando de una hernia discal o hernia de disco. Depende qué disco se fisure, entre qué vértebras, estaremos hablando de un tipo de hernia u otro, por ejemplo, si el dolor es en el lumbar, o en las piernas, lo cual sería un dolor del tipo ciático.
Por lo tanto, y sabiendo esto, si la hernia discal se encuentra en las vértebras superiores, estamos hablando de una hernia cervical. Ya que esto es ocasionado en la parte alta de la espalda, siempre suele ser pro soportar demasiado peso o ejercer mucha presión en un momento dado, por lo que suele darse en hombres con la edad avanzada, ya que la espalda está más debilitada porque los discos se van desgastando con el tiempo, por lo que la fragilidad es mucho mayor con la edad y hay que tener más cuidado.
Prevenir y tratar las hernias discales
Como hemos comentado, una de las razones más probables de la aparición de una hernia es la edad, los discos se van desgastando, dejando desprotegidas a las articulaciones, aunque no es la única causa, ya que la carga de peso excesivo, una vida sedentaria o estar en una postura demasiado tiempo, también pueden hacer que los discos pierdan su fuerza y nos causen tanto una hernia cervical como una lumbar.
Si sentimos dolor, algunas de las cosas que hay que evitar para agravarlo son, por ejemplo, dormir siempre en una misma posición o estar sentado siempre en la misma postura, también toser, estornudad o reír pueden infringir más dolor, así como caminar o correr durante mucho tiempo. Por el contrario, en las cosas que podemos hacer para librarnos un poco del dolor, están tanto cambiar de postura a corto tiempo, de quince a veinte minutos, hacer vida sana y equilibrar el cuerpo con ejercicios.
Lo que nos lleva a los consejos para prevenir y curar este tipo de afección. Lo primero sería tomar algunos relajantes y calmantes musculares para librarnos del dolor en la medida de lo posible. Lo siguiente serían unos ejercicios para mantener la espalda fuerte, esto se lo podrá recetar su médico mediante rehabilitación.
Otro de los tratamientos, aunque siempre es la última opción, es someterse a una cirugía de descompresión. Lo que se suele hacer es extraer el disco dañado mediante microcirugía, como toda operación tiene sus riesgos, pero el paciente en 24 o 48 horas debería tener el alta y estar perfectamente recuperado o recuperada en unas tres semanas o un mes.
Otra posibilidad, si la hernia y su consecuente dolor es de tipo crónico, es remplazar el disco por uno artificial, evitando que vuelva a pasar de nuevo, pero esto solo se hace en caso de que no haya ninguna otra alternativa y se sufra constantemente este dolor.
Pero si es la primera o segunda vez que te ocurre, lo mejor es empezar con un masaje que relaje y descontracture la zona afectada. Después de ello, hay varias opciones, desde la termoterapia hasta la punción seca. Pasando también por un estiramiento de las vértebras mediante distintos ejercicios, así como ejercicios para fortalecer la espalda, lo cual ayudará no solo a curarse más rápido, sino a prevenir el aparecimiento futuro de otra dolencia.
Porque, para los expertos, esto es lo más importante tanto para curar como para prevenir: el ejercicio. Una espalda fuerte y en forma tendrá muchísimas menos posibilidades de caer en una hernia de disco que una espalda que simplemente está todo el día en reposo en una sola posición en una silla. Por ello, es importante hacer ejercicios donde intervenga la espalda, así como el cuello, los glúteos e incluso los abdominales. Aunque siempre hay que tener en cuenta las recomendaciones de un experto, ya que, si los ejercicios se realizan mal, se puede acabar teniendo lo que se está tratando de evitar.