Las principales diferencias entre las variedades de cannabis Indica y Sativa son sus lugares de origen, la forma de su estructura, el tiempo que duran sus etapas (vegetativa y de floración) y los efectos que producen sus cogollos a los consumidores. No obstante, y dado que todas las variedades de la familia del cannabis son susceptibles de ser cruzadas entre sí, muchos científicos y botánicos coinciden en que todas las ramas de esta versátil planta pertenecen a una misma especie polimórfica.
Comencemos hablando del origen de las dos variedades que nos ocupan. Mientras que las plantas Indicas proceden de Asia Central y del subcontinente indio (Afganistán, Pakistán, Tíbet, Nepal, etc.), las Sativas son autóctonas de regiones ecuatoriales (sur de la India, Jamaica, Tailandia, México, etc.). El hecho de que una planta crezca en un lugar u otro, y sobre todo el clima predominante del mismo, propician que cada variedad se desarrolle de una forma distinta, dando frutos asimismo diferentes (tanto en forma como en composición química).
Así, las plantas Indicas tienden a tener una altura menor que las Sativas. Mientras que estas últimas pueden llegar a aumentar su altura vegetativa hasta en un 300% durante la fase de floración, las Indicas no suelen llegar a superar el 100% durante el mismo proceso. Además, otra característica distintiva es que, mientras que en la planta Indica el crecimiento queda claramente delimitado por las etapas vegetativa y de floración (durante esta última no aumenta más de tamaño), la Sativa sigue creciendo una vez que la fase de floración ya ha comenzado. Ello se debe a que los días en los trópicos son más cortos (en torno a doce horas, que se mantienen a lo largo de todo el año), por lo que esta variedad ha debido adaptar sus fases a su entorno originario.
Por otro lado, las plantas Sativas ofrecen unos cogollos notablemente más gruesos. La mayor envergadura de dichos cogollos se debe a que estos tienden a repartirse por las ramas, mientras que los frutos de la Indica se aglutinan alrededor de los nodos, en grupos, a intervalos regulares y en forma de racimo. No obstante, los cogollos de la planta Sativa pesan menos que los de la variedad Indica una vez secos, debido a que su densidad es menor que la de los de la Indica. Asimismo, los cogollos de la Sativa son menos olorosos que los de su hermana Indica, tanto durante la fase de floración como durante la de secado.
En cuanto a la floración de ambas variedades, la diferencia también es sustancial. Mientras que la planta Sativa requiere de una media de entre 60 y 90 días para florecer, la Indica lo hace en torno a una media de entre 45 y 60 días. Asimismo, los efectos que producen ambas plantas al ser inhaladas son bastante distintos: la planta Sativa suele activar más al consumidor, dotando a este de mayor lucidez y predisposición creativa, mientras que la Indica agudiza los sentidos y ofrece una mayor sensación de relajación, tanto física como mental.