Para alcanzar este escenario que hasta ahora solo ha salido en las grandes pantallas, la incipiente industria de la movilidad aérea urbana (UAM, en sus siglas en inglés) se ha concentrado estos días en Seattle (Washington, EE.UU.) con el objetivo de trazar las líneas maestras de este nuevo sector.
La seguridad, la contaminación acústica y la infraestructura operativa del transporte por aire dentro de las ciudades son los principales retos que tiene por delante esta industria, que pretende que en los próximos años existan ya “carriles” aéreos.
Esos “carriles”, como apuntan varios profesionales, serán como una especie de túnel o tobogán imaginarios que unirán un punto de despegue y otro de aterrizaje a través del aire.
“El conductor únicamente tendrá que seguir ese carril virtual y, si se sale, el sistema del coche lo detectará y dará un aviso”, explica a Efe Felipe Varon, fundador y consejero delegado de la empresa emergente Varon Vehicles.
Esta idea, en fase avanzada de estudio, recuerda a la mítica película de ciencia ficción Blade Runner, que hace ya 36 años anticipó la llegada de los coches voladores a Los Ángeles.
El sistema de conducción y la apariencia de algunos de estos vehículos, como los prototipos de Varon Vehicles, no variarán mucho respecto a los coches terrestres de hoy en día, ya que serán manejados con un volante similar, aunque con una herramienta que inicia el vuelo.
“Con la financiación apropiada, estaremos operando sistemas piloto en dos o tres años”, dice con una sonrisa Varon, mientras muestra imágenes y vídeos de los prototipos V-200 en acción.
Otros, no obstante, tendrán una forma más parecida a las actuales avionetas, pero su despegue será en vertical gracias a unas hélices de propulsión en las alas.
El modelo más avanzado y conocido en EEUU es el Terrafugia TF-2, un vehículo híbrido entre la avioneta y el coche actuales que cuenta con ocho motores eléctricos y que puede pasar de vehículo terrestre a aéreo desplegando las alas.
Todos estos tipos de automóviles tendrán un objetivo en común: mejorar el transporte de personas y mercancías para descongestionar el tráfico que sufren actualmente las urbes.
Los Gobiernos locales tienen cada vez menos capacidad de proveer la infraestructura adecuada para evitar los atascos urbanos, un problema que impacta en la calidad de vida de las personas.
Sin embargo, los profesionales del sector de la movilidad aérea urbana conocen una solución “muy fácil”, según Varon.
“Cuando te das cuenta de que puedes ir a un espacio tridimensional justo por encima de la ciudad, un espacio abierto y disponible, te das cuenta de que puedes solucionar ese problema muy fácilmente, con un costo relativo y de penetración realmente bajo”, apunta.
La NASA, al frente del nuevo modelo de transporte
Actualmente, las entidades reguladoras aeronáuticas, como la Administración Federal de Aviación estadounidense, están trabajando mano a mano con entidades locales, compañías y la NASA para acelerar la llegada de este nuevo modelo de transporte.
Precisamente, un estudio de la NASA estima que unos 750 millones de personas usarán el metro aéreo en 2030 en una quincena de áreas metropolitanas de Estados Unidos.
“Será en las ciudades con más población del país”, especifica a Efe el investigador de la NASA Davis Hackenberg, durante la primera reunión del sector de la movilidad urbana aérea en EE.UU.
La NASA se ha puesto al frente para liderar este embrionario sector y ha organizado ya un encuentro a final de 2020 para que las compañías puedan mostrar sus avances, tanto a nivel tecnológico como de seguridad y operativo.
Asimismo, esta demostración buscará “promover la confianza pública en todo el ecosistema de la movilidad aérea urbana”, consideró el director adjunto del programa de aeronáutica de la NASA, Jaiwon Shin, que quiere que las personas puedan moverse por la ciudad en taxi o metro voladores antes de 2030.
EFE
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