El presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), Miguel Pérez Subías, que además es ingeniero de Telecomunicación, ha hecho estas declaraciones a Efefuturo, horas antes de la votación prevista hoy de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos sobre el polémico asunto de la “neutralidad de la red”.
El organismo regulador estadounidense prevé acabar con la regulación impulsada en 2014 por el entonces presidente del país, Barack Obama, cuyo objetivo era garantizar un internet como servicio público no supeditado a pagos ni contratos entre las partes para agilizar servicios.
La neutralidad no es factible
Según Pérez Subías, una absoluta neutralidad tecnológica en internet no es factible, ni existe tampoco ahora, porque todas las redes se gestionan de alguna manera independientemente del operador.
Reconoce sin embargo que los temores de los detractores de la reforma prevista en EEUU son “bastante justificados”, porque se podría favorecer un internet a dos velocidades, en función de quien paga o no.
Dado que “las grandes compañías en internet son muy grandes”, la reforma exacerbaría aún más su “status quo” frente al de otros agentes en la red más pequeños, que tenderían a desaparecer porque no podrían pagar para agilizar sus servicios.
A modo de ejemplo, Google podría acelerar los servicios de Telefónica o de cualquier otro operador o empresa con un simple contrato. “Al final es un tema de competencia”, precisa Pérez Subías.
Otros servicios no lucrativos para las redes, como los formalizados entre particulares que no pagan nada también podrían desaparecer por ese mismo concepto de rentabilidad, explica.
El presidente de la AUI recuerda que la base conceptual de la neutralidad de la red es que los “bits” o datos en tránsito sean tratados igual, independientemente del canal por donde circulen o quien los solicite, sin que se discrimine en función de nada, pero técnicamente eso es imposible, añade.
Todas las redes se gestionana
“Todas las redes se gestionan” y se priorizan servicios, de modo que la información en cada caso se trata de forma diferente para ofrecer mejores servicios, de acuerdo a necesidades fundamentalmente tecnológicas como la exigencia de distintas velocidades de conexión o accesos.
Así, existen transmisiones de voz, imagen, navegación, operaciones bancarias, correo electrónico; las necesidades que exige transmitir cada uno de esos servicios requieren distintas velocidades, y técnicamente se tratan de forma diferente para que los servicios funcionen eficientemente.
Los distintos anchos de banda hacen que el “bit” de la voz o del vídeo vayan a velocidades distintas. También parece prioritaria la navegación en internet, por delante del correo electrónico, y por se tratan diferente.
El propio Google, como el resto de buscadores, “no es neutral” en sus búsquedas, vinculadas a un algoritmo que establece sus propias prioridades, aunque de no ser así, el servicio sería poco atractivo para el usuario, advierte el presidente de la AUI.
Al final lo importante es “la competencia y la transparencia”, insiste Pérez Subías. En el caso de Google, por poner un ejemplo, añade, pidiendo explicaciones públicas de cómo utiliza su algoritmo de búsquedas.
Concluye que la AUI es partidaria de separar los niveles de transporte de la información en internet para asegurar el mejor servicio, y siempre con transparencia por parte de los proveedores, de modo que la discriminación en la velocidad de la información sea por necesidades del servicio y no por otro tipo de intereses.EFE
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