Con el paso de los años esta tradición de origen celta, y celebrada sobre todo en países anglófonos, ha ido ganando peso también en nuestra cultura. Cada vez son más los que no dudan en hacerse o comprarse un traje de lo más terrorífico, decorar su casa para la ocasión o salir a la calle para clamar el famoso «¿truco o trato?». Son especialmente los niños los que más disfrutan y aprovechan al máximo este día en el que pueden disfrazarse y ponerse hasta arriba de golosinas junto a sus amigos. Así que si lo que quieres es preparar una fiesta de Halloween perfecta para los más pequeños, aquí encontrarás algunos consejos e ideas que no puedes dejar pasar.
Una vez que tengas asegurada la localización de la fiesta (en casa, en un local o bien en el jardín) y todos los invitados tengan también claro el lugar y la hora (¡obligatorio disfrazarse!), es momento de ponerse manos a la obra.
Lo primero que debemos tener en cuenta es la decoración. Un elemento clave que no puede faltar nunca en Halloween son, por supuesto, las calabazas. Podéis aprovechar ese momento de vaciarlas y darles forma para pasar un buen rato juntos. Una vez tengamos las calabazas listas, podemos comenzar a colocar por todas partes diferentes elementos que den mucho miedo: calaveras de diversos tamaños, telas de arañas (ya sean compradas o hechas a mano) con arañas de plástico colgando desde muchos sitios, brujas, globos, guirnaldas que podéis hacer también vosotros mismos, fantasmas, pósters de Halloween en las paredes, etc. Si tenéis más espacio, o queréis hacer el ambiente aún más tenebroso, podéis poner monstruos más grandes, esqueletos, jaulas, escobas, tumbas y ataúdes, ramas de árboles secas con adornos o incluso partes del cuerpo desmembradas. Cuanto más terrorífica sea la decoración, mejor, porque eso significará que todo el mundo podrá introducirse más en la atmósfera que hemos creado y sentir que está en un auténtica película de terror. Todo esto acompañado siempre de una música lúgubre y tenebrosa de fondo: aullidos de lobos, la bando sonora de alguna peli de miedo, etc. Por supuesto, sin olvidar tampoco, la importancia de una buena iluminación. Además de luces de colores (rojas, blancas, verdes…), podéis poner velas dentro de las calabazas, de las calaveras y en diferentes puntos del lugar. Si añadimos también algo humo (casero o de una máquina) lograremos que nuestro hogar se convierte en una verdadera casa encantada. Combinando todo esto, seguro que consigues que tu casa tenga un ambiente de lo más tenebroso.
La siguiente cuestión importante es la comida. Este es otro de los momentos que, si tenéis tiempo, podéis invertir juntos cocinando alguna rica receta. Puedes hacer mini pizzas, cupcakes, bizcochos, galletas, etc. Sobre las galletitas con formas, por ejemplo, de arañas, murciélagos, esqueletos, partes del cuerpo, fantasmas… puedes poner un poco de colorante comestible para hacerlas todavía más tétricas. También puedes simular dedos, ojos o cerebros con algunos alimentos. Encontrarás infinidad de recetas que se adapten a tu tiempo y presupuesto (o bien podéis inventar una vosotros mismos), incluso muchas de ellas con frutas si optáis en algún momento por algo más sano. También puedes preparar alguna bebida humeante y dejarlos a todos con la boca abierta. Para rematar, compra algunos platos, cubiertos y vasos desechables temáticos de Halloween y tu fiesta será insuperable.
Por último, consigue un buen disfraz. Podéis hacerlos vosotros mismos reciclando cosas que tengáis por casa o podéis comprarlos directamente ya hechos. Acompáñalos de un buen maquillaje y añade algunas heridas, sangre o dentaduras postizas, en función de la indumentaria.
Como colofón, puedes contratar un animador que haga la velada todavía más dinámica y entretenida. Si los niños van a salir a la calle, no os olvidéis tampoco de conseguir un gran recipiente donde poder guardar todas las chuches y caramelos que consigan tras ir llamando puerta por puerta y entonando el «truco o trato».
Halloween es uno de esos momentos del año en el que durante unas horas, gracias a la decoración y a los disfraces, podemos meternos en la piel de un personaje y simplemente disfrutar del ambiente. Qué hay mejor que ver a los pequeños de la casa compartiendo ese momento de alegría con todos sus amigos; disfrazados, maquillados y llamando a la puerta de los vecinos para pedir, nada más y nada menos, que chucherías. Si sigues estos consejos, con total seguridad conseguirás que todos se vayan encantados después de haber disfrutado una fiesta fascinante.