Un cohete Ariane-5 efectuará desde la base de Kurú, en la Guayana francesa, el cuarto lanzamiento del año, para situar en una órbita geostacionaria estos nuevos cuatro satélites que elevarán a 26 el número total de los que componen el sistema.
El lanzamiento, previsto a las 11.25 horas GMT, será seguido desde la base de lanzamiento por varios responsables europeos, como la comisaria europea de Mercado Interior e Industria, Elzbieta Bienzkowska; el ministro Español de Ciencia, Pedro Duque, y su homóloga francesa, Frédérique Vidal.
Casi cuatro horas más tarde del despegue está previsto el final de la misión y el despliegue de los satélites en su órbita circular a 22.922 kilómetros de la Tierra.
Faltarán todavía otros cuatro satélites, que serán desplegados en 2021 y que completarán una constelación que contará entonces con 24 satélites operativos y otros seis de reserva.
Culminación de un largo proyecto
Fotografía de archivo enviada por la sonda espacial “Galileo”, que muestra imágenes directas de la superficie de un asteroide. EFE/jd
Será la culminación de un proyecto que comenzó, con muchos años de retraso, en 2011 y que desde hace año y medio ofrece sus primeros servicios.
Con estos cuatro nuevos satélites, Galileo, que presume de tener una precisión de hasta un metro, superior a la de sus competidores, mejorará aun más su exactitud y, además, estará dotado de cobertura mundial.
Será el primer lanzamiento de satélites de Galileo desde que en 2017 se pusieron en órbita otros cuatro satélites.
Este lanzamiento, será el último del sistema europeo a bordo de un Ariane-5, puesto que los siguientes ya se harán con la nueva lanzadera europea Ariane-6, que tomará el relevo a partir de 2020.
Será el tercer cohete que usará el sistema, cuyos primeros satélites partieron a bordo de cohetes rusos Soyuz.
El despliegue no ha sido camino de rosas
El despliegue de la constelación no ha sido un camino de rosas, sobre todo a causa del problema que surgió en 2014, cuando la lanzadera rusa situó en una órbita errónea dos de sus satélites.
Recolocados posteriormente, se mantienen en una órbita “degradada”, aunque la ESA asegura que son útiles al sistema de navegación.
El sistema conoció desde sus inicios algunos retrasos, que llevaron a un aumento de los costes que se estiman en unos 10.000 millones de euros (8.536 millones de dólares).
Pero la ESA considera que se trata de una importante inversión, como demuestra el hecho de que cuenta ya con casi 300 millones de usuarios y está presente en la mayor parte de los sistemas operativos de los teléfonos móviles.
La participación del Reino Unido tras el Brexit es objeto de debate, aunque en la ESA consideran que no tendrá una gran influencia en el futuro del proyecto. EFEfuturo
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