Ha llegado la hora de renovar tu casa. ¿Puedes permitirte una reforma? ¡Estupendo! Pero, si ni es así decídete a pintar nuevamente todas tus paredes y verás cuántas buenas sensaciones recibes a cambio. Y es que cambiar el color de las paredes de nuestras estancias, siempre tiene recompensa: damos un aire nuevo al entorno, nos produce sensación de bienestar y creamos innovadores ambientes con una inversión pequeña y limitada. ¿A qué esperas?
Lo difícil, eso sí, es decidir los mejores colores para pintar nuestra casa. Y se trata de un paso complicado porque del resultado dependerá nuestro día a día. Puedes que pases pocas horas en casa, pero cuando lo haces es muy importante estar cómodo y satisfecho. Así que, vamos a analizar algunos aspectos generales que te ayudarán a decidirte por los colores y tonos más adecuados para cada caso.
¿Qué color escojo para cada estancia?
Primero ocúpate de los espacios compartidos. Esos como el salón, el pasillo o el recibidor. En este caso, opta siempre por tonos neutros y claros que no cansen y que nos den calidez y confort. Piensa que teniendo una base monocromática, luego puedes jugar con la decoración para crear ambientes y estilos creativos: cuadros, vinilos, muebles…
Para los dormitorios, la base siempre debe ser clara y simple, como el blanco, el gris o el color arena. Te darán sensación de tranquilidad y te ofrecerán mil posibilidades de combinación, algunas de ellas, incluso, pueden ser muy atrevidas. Además, cuando pintamos esperamos no tener que hacerlo de nuevo durante bastante tiempo, así que con una buena base podremos ir cambiando la decoración cada cierto tiempo para crear nuevos ambientes.
Pero, como sabes, los dormitorios son un hábitat muy especial que debe cumplir varios requisitos: ser agradable, cálido, que invite al descanso, relajante… Así que vamos a dedicarles una atención especial, sobre todo en función de sus usuarios. No es lo mismo un dormitorio infantil que el cuarto de un adulto. Así que, ¡vamos a ello!
Dormitorios de adultos con colores combinados.
Vamos a sacar al creativo que todos llevamos dentro, para jugar con los colores y las combinaciones. Lo primero, hay que valorar aspectos del cuarto, como su tamaño, orientación, luminosidad, etc. Evidentemente, si es una habitación pequeña u oscura, descartaremos de salida los colores fuertes y agobiantes.
Pero, incluso si el espacioso y luminoso, te proponemos combinar el blanco o el blanco roto con algún tono verde oscuro para una o dos paredes. Hay tonos de verde muy adecuados para este tipo de estancias, como el verde musgo o el caqui claro. Transmiten serenidad y reciben muy bien la luz que proyecta el blanco de las otras paredes. También puedes poner toques de este color en los textiles o en elementos de decoración.
Otra opción es optar por el gris, como color base. Marca tendencia y algunos lo consideran el nuevo blanco. Hay una completa gama de tonos grises donde elegir. Pero, en nuestro caso, nos gustan aquellos claros y bien definidos. A la hora de combinarlo, nos encanta el binomio del gris con algún tono de azul. El azul cobalto y el azul turquesa son estupendos.
Paredes de colores para los dormitorios infantiles.
El dormitorio de los niños es el lugar ideal para dar rienda suelta a nuestro espíritu juguetón. Piensa que la decoración que elijas para este espacio influirá directamente en los más pequeños: estimulará su imaginación y acompañará sus juegos. Así que, descarta el tono monocromático y dale color al asunto. Eso sí, siempre con colores pasteles bien combinados que después completaremos con tonos más fuertes u oscuros en los elementos decorativos.
Así que, de partida, te aconsejamos descartar por razones evidentes, los grises, marrones, negros, rojos y amarillos. Del resto, busca tonos pasteles alegres y despreocupados para dar un aire divertido a la estancia. El consejo es combinar, como máximo 3 colores. Y nuestra opción pasa por los azules y verdes, además de los mil tonos de rosa que dejarán encantadas de la vida a las niñas.