El mercado inmobiliario ha sufrido varias etapas desde que el COVID-19 tuviera lugar en marzo de 2020. Después de unos meses, donde la paralización de todas las actividades produjo, una leve caída de los precios de las viviendas, con el progresivo desconfinamiento, los ahorros de incrementados en muchas personas y las ganas de mejorar las viviendas, produjeron que el precio de la vivienda se halla relanzado con importantes incrementos en el precio de la vivienda de hasta el 10%.
En los últimos meses, se vislumbra un cambio de etapa. Como casi todos no hay nada seguro, pero la principal variable que afectará al precio de la vivienda son la subida de los tipos de interés. Después de casi 7 años de facilidad de créditos con tipos de interés incluso negativos, el precio del dinero se verá incrementado de forma gradual por lo menos hasta 2023.
Esto influye en el precio de las hipotecas. Por ello en el caso de las hipotecas de tipo fijo, la más escogidas por las personas que necesitan financiar su casa, el precio de las misma se verá incrementado poco a poco. Si empezamos el año con oferta al tipo fijo del 1%, ahora es complicado encontrar ofertas por debajo del 2%. Por ello, es muy factible que hipotecarse ahora mismo sea mucho más barato que dentro de un año.
Este precio del crédito también aplica en el caso de créditos personales, que muchas personas solicitan para realizar una reforma de vivienda, una vez adquirida. Es muy probable que el precio que se paga por este tipo de créditos suba de forma notable durante todo el 2022 y 2023.
En cuanto al precio de adquisición de las viviendas, las proyecciones son a una rebaja en el incremento del precio de la viviendas, actualmente en el 10% interanual. Se prevee que el precio se estabilice y se mantenga estable, pero solo el tiempo confirmará si el precio seguirá creciendo un poco o por el contrario retrocediendo.