El vermut es una palabra de origen alemán que significa ajenjo. El ajenjo es una hierba que en sus inicios formaba parte de los ingredientes principales. El vermut es una especie de vino aromatizado, de una graduación alcohólica que oscila entre los 16% y los 21% y a día de hoy proliferan todo tipo de vermuts, desde los más clásicos a los más modernos macerados con raíces, especias, caramelo…etc.
Y es que sin duda a día de hoy el vermut ha vuelto y lo ha hecho para quedarse. Proliferan en todas partes nuevas marcas, los encontramos en tabernas, en restaurantes tradicionales y en restaurantes de autor en botellas de diseño o en grifo. Durante dos décadas, la de los 50 y los 60, el vermut era la bebida que acompañaba siempre al aperitivo, pero después llegó el momento de la cerveza y a día de hoy vuelven a pisar con fuerza en toda España. Y es que se trata, desde luego, de una bebida con mucha solera. Encontramos su fórmula básica en la antigüedad helénica y en los vinos aromatizados de la Roma Imperial, y tras tomar su nombre en Alemania, de la planta ajenjo que se utilizaba en su elaboración, adquiere su esencia actual en Turín, de la mano de Antonio Benedetto Carpano, a finales del siglo XVIII. Más tarde, se convirtió en un producto estandarizado gracias a Martini & Rossi y en España son Perucchi e Yzaguirre quienes comienzan a fabricarlo a partir del siglo XIX. Tras el parón mencionado después de los años 60, a día de hoy, proliferan los vermuts artesanos y sibaritas, de altísima calidad, con distintos tipos de envejecimiento. Perfectos para tomar junto a un aperitivo, solos, con hielo y un trozo de piel de naranja en los vermuts rojos o un trozo de limón si es vermut blanco. Pero no todos los vermuts, ni muchísimo menos, tienen la misma calidad, ni el mismo sabor, porque existen hasta cuatro tipos de vermuts, según el ingrediente principal que se utilice: tenemos el vermut rojo, el blanco, el seco y el rosado. A continuación te explicamos cada una de sus características.
–Vermú rojo: también llamado vermouth rosso o incluso vermut negro, es el más clásico y habitual sobre todo en España. En términos generales es más dulce que el resto gracias al caramelo que se le añade, responsable también de su color. De este modo resulta menos amargo y seco que el resto, acentuándose en él las hierbas aromáticas y especias como la canela. En el país del que es originario, Italia, este mismo vermut es más especiado y presenta un final con una mayor amargura. Existe una gran variedad de vermús rojos para que disfrutes del que más te guste.
–Vermú rosado: para aquellos a los que les gustan las bebidas de sabores menos intensos. Se le considera uno de los vermuts más suaves, además de ligero, delicado y sofisticado. Es también más fresco, por lo que es recomendable para el verano especialmente, y sus notas organolépticas resultan a los paladares menos acostumbrados a este aperitivo más agradables. Su popularidad es relativamente reciente y para muchos consumidores continúa siendo todavía un gran desconocido, pero dale una oportunidad, seguro que te sorprende.
–Vermú Seco: también es conocido como dry vermouth, es también de origen francés, es muy similar al anterior y las tierras galas son de las mayores productoras mundiales. Se emplea especialmente en coctelería como base para famosos combinados como el Dry Martini y se puede emplear también en cocina para preparar suculentos platos. En contraposición al blanco, el seco es más amargo, de hecho se le considera el más amargo de los vermouths, aunque en su elaboración algunos fabricantes emplean grandes cantidades de azúcar.
–Vermú blanco: el vermú blanco procede de Francia y se le suele atribuir su autoría a Joseph Noilly, quien lo habría creado en torno a la primera década del siglo XIX, guardando grandes similitudes con el vermut seco. El considerado blanco es habitualmente más dulce, gracias a que en su elaboración se suprimen algunos de los botánicos y sustancias amargas que sí se emplean en el rojo. Este es el tipo de vermouth más consumido a nivel mundial, junto al seco, y suele estar dominado por notas avainilladas y cítricas. Perfecto para acompañar el aperitivo del domingo.