El pequeño brazo robótico, huérfano de adornos, agarra con su pequeña mano un vaso de plástico marrón y, siguiendo las órdenes que se le envían desde un mando a distancia, vierte algo de agua sobre una pequeña maceta dispuesta justo a su lado, ante la mirada curiosa de un par de asiáticos.
La escena tiene lugar en el puesto de Ebotics, un pequeño rincón del pabellón 26 de la mastodóntica IFA, una cita ineludible del sector tecnológico en el que desde este viernes y hasta el próximo miércoles más de 1.800 empresas de todo el mundo exponen sus últimos dispositivos, apuestas y proyectos.
Ese es el caso también de esta compañía barcelonesa, filial de Atlantis Internacional -un gran distribuidor español de accesorios para telefonía móvil-, que debuta en solitario por primera vez en la feria de Berlín apenas un año después de echar a rodar.
La empresa comercializa por un lado kits de robótica con distintos niveles de complejidad, así como componentes, y por otro cuelga en su página web proyectos para estimular a los que quieren introducirse en este mundo.
“Un componente electrónico puede no parecer especialmente atractivo a primera vista, pero la robótica puede abrir un mundo de creatividad”, explica a Efe Nolwenn Le Querré, responsable de Marketing de Ebotics.
La empresa se inspira en el lema “hazlo tú mismo” y está convencida de que la robótica educativa “tiene un gran futuro”.
Sus productos más básicos se dirigen a niños y niñas a partir de siete años, indica Le Querré: “la idea es tener productos para todos los niveles de la robótica educativa. Desde los más básicos para personas que se inician en este mundo hasta lo casi profesional”.
Para usuarios más avezados hay kits para construir un coche programable o para montar un sistema con luz y alarma de presencia. El límite lo pone la imaginación.
Experiencia positiva
Ebotics, presente ya en una decena de países europeos, ha colgado en su página web un centenar de proyectos que se pueden llevar a cabo con sus productos y aspira a conformar una comunidad de usuarios que vaya creando y compartiendo nuevos proyectos.
La primera experiencia en solitario en la IFA está resultando positiva.
“Hay mucho interés. Se ve que la robótica atrae. Tenemos la sensación de que por este pabellón, el de las ‘start-ups’, se está pasando más gente que por otros”, indica la responsable de Marketing.
A su alrededor decenas de empresas emergentes de todo el mundo compiten por el tiempo de los visitantes y curiosos, para poder mostrarles sus productos.
Entre ellas se pueden encontrar desde una aplicación móvil para gestionar el riego automático de las plantas del hogar y proveedores de pequeños camiones eléctricos, pasando por localizadores GPS para bicicletas y accesorios ecológicos para teléfonos.
La idea de incorporar a compañías incipientes en la IFA, donde participan también gigantes tecnológicos consagrados como Google, Amazon, Samsung, Huawei o Sony, se materializó por primera vez el año pasado y su éxito ha llevado este año a la organización a doblar el espacio para las “start-ups”. En la actual edición participan 125 empresas emergentes de 21 países.
La cita empresarial ha sido escenario en sus primeras horas de varios lanzamientos, como los primeros televisores de resolución 8K y varios móviles de gama media, y de la coronación de la inteligencia artificial (IA) como el nuevo elemento indispensable de los dispositivos electrónicos. EFEfuturo
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